LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE
(4º ESO y Bachillerato)
(Presentación extraída de un artículo del diario La Vanguardia. Barcelona, 8-6-12):
El escritor italiano Niccolò Ammaniti es el autor de 'Tú y yo', una breve novela sobre las inseguridades de la adolescencia
centrada en la íntima relación entre dos hermanos que pasan una semana
escondidos en un sótano.
La historia arranca cuando Lorenzo, un chico tímido y un
poco asocial de 14 años, aprovecha la coartada de que sus compañeros de clase
se van de excursión a la montaña en las vacaciones de la Semana Blanca para
engañar a sus padres y esconderse en el sótano de casa.
Llamando a su madre de vez en cuando mantiene el engaño y
vive plácidamente en su universo solitario, hasta que un día le descubre su
hermanastra mayor, Olivia, que con graves problemas de adicción a las drogas le
obliga a quitarse su máscara de adolescente difícil y aceptar el juego de la
vida real.
Ammaniti, autor de 'Que empiece la fiesta', ha confesado
este viernes en rueda de prensa en Barcelona que éste es su libro más
autobiográfico, porque cuando llegó al instituto y vio a todos aquellos jóvenes
con barba, moto y tetas enormes, sintió que entraba en un zoo, y también tardó
bastante en "asesinar" su infancia.
La novela es un relato breve y directo que narra el
encuentro entre los dos jóvenes con un diálogo natural e íntimo, que retrata a
los personajes pero no los juzga.
"Me parece muy reductiva esa necesidad de algunos
psicólogos de pacotilla de catalogar y catalogar continuamente", ha
criticado Ammaniti, que tiene un padre psiquiatra con quien incluso ha escrito
a cuatro manos varios relatos.
EL DIRECTOR DE CINE BERNARDO BERTOLUCCI LA ADAPTÓ AL CINE:
El ambiente claustrofóbico de 'Tú y yo' --toda la acción
ocurre en unos pocos metros cuadrados-- sedujo al veterano cineasta Bernardo
Bertolucci, que la ha adaptado a la gran pantalla y la presentó
en el Festival de Cannes.
Para el escritor, colaborar con el director de
'Novecento' y 'El último emperador' fue "como trabajar con un
pintor", porque a él le seducían las imágenes, los silencios y los
espacios, algo que chocaba con la concepción de Ammaniti, obsesionado con las
palabras.
Sinopsis:
Hasta que un día su hermana, nueve años mayor que él, irrumpe en su búnker llena de vitalidad y lo obliga a quitarse la máscara de adolescente difícil y a aceptar el juego caótico de la vida exterior.
Una excepcional novela de formación que nos presenta una desgarradora visión de ese mundo adolescente.
Puedes leer el siguiente artículo publicado en el diario El País en las fechas de la publicación del libro en España:
“Siempre hay un momento en el que todo puede enloquecer”
ENTREVISTA
Niccolò Ammaniti, uno de los
escritores italianos más conocidos en su país, publica en España su última
novela 'Tú y yo'
Diario El País
TOMMASO KOCH, Madrid, 13 JUN
2012
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Acetilcolinesterasa y
neuroblastoma. Que levante la mano quién sepa de qué se trata. Niccolò Ammaniti
sí. Sobre la secreción de esa enzima (el primero) y ese tumor infantil (el
segundo) el italiano estaba realizando su tesis. Dos exámenes más, el trabajo
final y sería licenciado en biología. Pero hoy es escritor. Así que algo debió
de torcerse. “En un momento dado entendí que no haría los exámenes. No tenía
talentos particulares, no sabía qué me reservaría el futuro. Por desesperación,
para pasar el rato, me puse a escribir”, cuenta Ammaniti. Y de esos ratos
desesperados sacó, en 1994, su primera novela, Branchie. A la ópera prima
siguieron unas cuantas más, tanto que el biólogo fallido es ahora uno de los
narradores más conocidos de Italia. Y se ha venido a Madrid para presentar “la
historia de dos hermanos en un sótano”. Es decir, su última novela, Tú y yo
(Anagrama).
Esta vez ha sido un viaje
normal. Sobre todo comparado con el del año pasado. Ammaniti (Roma, 1966) tenía
un vuelo para Barcelona para la promoción de otro libro, Que empiece la fiesta.
Pero se encontró con un pequeño problema en la aduana: su carnet de identidad
llevaba cuatro años caducado. Así que enseñó el pasaporte. “Este no es usted”,
le dijo el aduanero. “Que sí, que he envejecido”, intentó convencerle Ammaniti.
Pero el hombre tenía razón. No era él. Era su mujer. Finalmente el escritor
volvió a casa, cogió el pasaporte correcto y acabó pisando, con retraso, suelo
barcelonés.
A Madrid llegó la noche
antes de la entrevista. Fue a cenar y coincidió con el escritor Jaume
Vallcorba. Hicieron migas e intercambiaron los números. Aunque Vallcorba
seguramente no se esperaba que su nuevo amigo le llamara a las 8.00 de la
mañana siguiente. Era, obviamente, otro error. Ammaniti intentaba llamar a su
agente.
El caso es que el escritor
ahora está sentado en un sofá de su hotel. Luce una chaqueta beige y unos ojos
cansados. Se ha despertado a las 4.00. Normal, para alguien que sufre de
insomnio. “Si estás en casa escribiendo es útil porque empiezas temprano. Pero
cuando estás por ahí el cansancio te acompaña todo el día”, asegura Ammaniti.
Sin embargo, de vez en
cuando la musa del madrugón le compensa ofreciéndole ideas para sus historias.
Entre pringados, grimosos, neuróticos, patéticos y depresivos, parte de la
narrativa de Ammaniti es el manifiesto de la absurdez humana. Y un amplio
inventario de tipos surrealistas puebla sus páginas, por las que a veces se
asoman hasta alienigenas salvajes. “Siempre hay un momento en el que todo puede
enloquecer. Aunque normalmente no ocurra, la pregunta fundamental es ¿y
si...?”, afirma el escritor. Y da rienda suelta a su imaginación: “Si la
moqueta se transformara en un monstruo que quiere atacarle, ¿qué haría usted?
¿Lucharía o huiría gritando?”.
Lo que fascina especialmente
al autor es la reacción de gente normal en situaciones increíbles. Tanto que
uno de sus personajes favoritos de la historia del cine es... el contable de
Los cazafantasmas: "Es un pringado al que un Dios convierte por alguna
razón en el maestro de las llaves del mundo del mal que aparece en la
Tierra". Prosélito del cambio y de las mutaciones, el escritor cree que
"hay experiencias que pueden transformar en locos a personas
tranquilas". Y su infancia, dice, ofrece una prueba. El autor veraneaba
con otros coetáneos en el norte de Italia. Y entre sus compañeros de juegos
estaba Edoardo, el niño del que todos decían “ojalá fuerais como él”. Hasta
que, un día, en el bosque, el pequeño Ammaniti encontró un excremento humano y
se puso a removerlo con un palito. Pero esa ley que la física llama de la
palanca catapultó un desagradable regalo hasta la cara de Edoardo. “Empezó a
gritar. Me arrojó una piedra que pesaría 40 kilos. Y se fue. Durante seis horas
no volvimos a saber de él. No hay que fiarse de la gente calma”, sostiene el
escritor.
Esa pérdida del control es
una de las constantes de sus cuentos. “Hay un lado oscuro en el que tiendo a
acabar. Es como un embudo: si no caigo allí es porque estoy atento”, cuenta. Un
pilar frecuente de sus novelas en cambio son los adolescentes, tal vez los
únicos en salvarse en su mundo degenerado. El Lorenzo de Tú y yo solo es el
último de muchos jóvenes complicados que protagonizan los libros de Ammaniti:
“Un personaje que no se mueve para mí no puede ser contado. Y la transición de
un adolescente está tan llena de cambios que puede sorprenderte de mil maneras.
Es el protagonista perfecto para una historia”.
Como Cristiano, el joven de
Como dios manda, el que Ammaniti considera su mejor libro. “Es el que más me
gusta y el que más me ha costado [seis años]. Pero también el que tiene más
pegas. Lo terminé por agotamiento”, afirma el escritor. Era 2006 y al año
siguiente la novela se hizo con el prestigioso premio Strega. Y 12 meses más
tarde ya tenía versión cinematográfica.
Lo mismo ocurrió con casi
todas sus novelas. “Mis libros son visibles y cada lector se acaba haciendo su
propia película. Como describo todo supongo que los directores ven muy bien qué
hacer”, explica el autor. El último fue Bernardo Bertolucci, que llevó al cine
Tú y yo: “Vio en ella algo que le pertenecía. Ya que en los últimos años ha
pasado mucho tiempo en casa, tal vez le impactara la claustrofobia del sótano”.
Otro agobio atrapó al joven
y casi debutante Ammaniti. En calidad de talento emergente le invitaron a una
conferencia sobre literatura. “Como era dentro de siete meses, dije que sí”,
recuerda el autor. Pero siete meses más tarde el día fatídico apareció en el
calendario. “Me entró ansiedad. Era una conferencia súper importante, en el
aula magna de la universidad, con un montón de críticos. Me parecía un examen”,
explica Ammaniti. De ahí que buscara una escapatoria. Podía alegar alguna
indisposición, pero pensó que no colaría. Así que apostó por algo más real. Se
estrelló –sí, adrede- con su vespa. Para colmo, la moto se destrozó, él no, y
fue a la conferencia. Ganó la realidad. Y él se quedó con la pregunta
fundamental: ¿y si...?
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